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Aspectos básicos para la crianza y manejo de lechonas y cochinatas (página 2)



Partes: 1, 2

Durante las dos primeras semanas la limpieza de los
corrales se hará en seco, incluyendo comederos y bebederos
que así lo requieran. Pasadas las dos primeras semanas la
limpieza de los corrales se ejecutará con agua a
presión. Se mantendrá la limpieza de los pasillos,
atarjeas y los alrededores de la nave

Se garantizará agua de beber durante las 24 horas
del día.

(Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina,
instituto de Investigaciones Porcinas. 2002. Cruzamientos. P
36-37)

Manejo en la etapa posdestete

El manejo posdestete es muy importante, especialmente el
que se realiza en las dos primeras semanas posdestete. Este es en
gran parte el responsable de la perdida o la baja ganancia de
peso posdestete, y a su vez, una de las principales causas de la
perdida en eficiencia productiva y económica en el mundo
porcino. Whittemore (1989) establece que un cerdo a los 5.10 y 20
kg tiene una capacidad para ganar 400, 700 y 1000 g de peso, sin
embargo, es común obtener hasta menos de un 50% de esos
rendimientos, debido a problemas de alimentación y manejo
posdestete.

Efecto del medio ambiente en la etapa
posdestete

Existe una relación estrecha entre el ambiente y
el peso posdestete. Coalson et al. (1976) presentaron un estudio
donde clasificaron el ambiente en excelente, regular y malo. Esta
clasificación estuvo basada en el tipo de instalaciones,
la ventilación, la temperatura y el manejo. Ellos
concluyeron que el peso posdestete tenia un efecto importante en
cualquier tipo de ambiente, pero que las diferencias mas grandes
en rendimientos se obtenían con los animales mas livianos
en los diferentes ambiente.

Los cerdos que recibieron un manejo excelente crecieron
42 y 56% mas rápido, que con el manejo regular y malo
cuando pesaban 5.1 y 5.8 kg respectivamente, mientras que cerdos
con pesos con pesos de 6.2 y 6.5 kg crecían 14 y 32% mas
eficientemente que los cerdos con los mismos pesos, pero en un
ambiente regular y/o malo.

Ambiente climático

Curtis(1973) de4mostro que un cerdo .parado a diferentes
temperaturas (10C0 a 30 Co )pierde de 9.5 hasta 18.2kcal/hora por
efecto del ambiente, por lo que la energía que consume no
es suficiente para mantener una ganancia de peso y a temperaturas
bajas tiene que usar la grasa de sus reservas corporales como
fuente de energía.

Temperatura ambiental

Los cerdos jóvenes destetados entre la 3 y 5
semanas de vida requieren de temperaturas de entre los 25 los 30
Co (Aherne, 1980). Entre mas pequeño sea el cerdo
requerirá una mayor y mas estables temperatura. Pijoan
(1989) establece que las fluctuaciones de temperaturas son el
agente más estresante que afecta a un cerdo recién
destetado, y que las fluctuaciones en temperatura y las
corrientes de aire producen una supresión. Del sistema
inmune. Con variaciones diarias de más de 2 Co se pueden
causar diarreas y bajos rendimientos. Nichols et al. (1984)
encontraron que la reducción de la temperatura por la
noche a 20 Co produce una reducción en la ganancia de peso
y un aumento en la Conversión alimentaria.

Ventilación

Cuando loe edificios que alojan a los cerdos
están cerrados, la ventilación es un factor
importante que puede afectar los rendimientos productivos de los
cerdos por problemas de acumulación del polvo proveniente
del alimento y/o la acumulación de gases. Ambas
situaciones causan problemas respiratorios. (Curtis, 1974).
Además de que se facilita la labor de los operatorios al
remover parte del olor de los cerdos y ayudar a su salud, para
evitar la contaminación por polvo que pueda ser causa de
problemas por alergias y de reacciones inflamatorias en el
sistema respiratorio (Aherin y Muehlings, 1986). Brent et al.(
1975) recomiendan una taza de ventilación mínima de
0.04 metros cúbicos/hora y una tasa de ventilación
máxima de 0.2 metros cúbicos/hora.

Ambiente Social

El ambiente social en que se desarrolla un cerdo
recién destetado, influye sobre su comportamiento y como
consecuencia sobre los rendimientos productivos de los animales.
Curtis (1978) establece que los ajustes no correctos en el
comportamiento de un cerdo son la base para que los animales
queden rezagados de su grupo. Este mismo autor establece que los
factores que afectan el ambiente social son, el orden de
dominancia y la mezcla de camadas, el tamaño de grupo y el
rasgos de de peso, el espacio por corral y de
comedero.

Especio de comedero

El espacio de comedero para el cerdo es un factor
importante que afecta sus rendimientos productivos. El espacio
optimo depende de la forma como se alimente el cerdo, si es a
libre voluntad o restringido y del tipo de comedero que se
utilice (Brent et al. 1975). Este mismo autor recomienda que
mientras el cerdo se adapta al nuevo ambiente los primeros 10
días después del destete, es necesario proveer
suficiente espacio de comedero. Campabadal y Navarro (1994)
recomiendan un espacio de comedero de 5 a 6 cm por cerdo para
animales entre 7 y 18 kg si son alimentados a libre
voluntad.

De acuerdo a Easter y Ellis (2000) el periodo de
desarrollo y engorde empieza cuado los cerdo tienen un sistema
digestivo capaz de utilizar dietas simples, y responder
adecuadamente a situaciones de estrés calóricos e
inmunológicos. Este periodo ocurre cerca de los 20 kg de
peso y termina cuando el cerdo es enviado al mercado.
Tradicionalmente, el periodo de desarrollo y engorde para los
cerdos de razas puras tradicionales y algunos híbridos
comprendían pesos de entre los 30 y 50 kg para la etapa en
desarrollo y de 50ª peso al mercado, de (90-100 kg) , para
la etapa de engorde. Sin embargo, para las nuevas líneas
genéticas, estos valores cambian según las etapas
en que se dividan y el peso final a mercado. Por ejemplo la
línea comercial PIC divide el periodo de crecimiento y
engorde en cuatro etapas, que se inicia con un peso de 22 kg y
termina con un peso a mercado de 118 kg (PIC, 2000). Genetiporc,
otra línea genética utilizada en el área
latinoamericana, establece un peso inicial a los 60 días
de edad de 25 kg y un peso final de 105 kg a los 115 días
de edad. Ellos utilizan tres etapas a los 25 a 45 kg, de los 45 a
75 kg y de ahí al peso final de mercado (Genetiporc,
1997).

Las clasificaciones de las diferentes etapas de
alimentación para el período de desarrollo y
engorde es de vital importancia, pues permite una máxima
utilización de los nutrientes. Como se explico
anteriormente existen variaciones, según sea la
línea genética y su capacidad para producir carne
magra. En la tabla 1 se presentan la clasificación por
fases de alimentación recomendadas por la Universidad de
Illinois y que tiene como objetivo aprovechar al máximo la
capacidad de los cerdos para producir carne magra durante el
periodo de desarrollo (Hollis, 1996).

Tabla # 1 Fase de alimentación para cerdos en
desarrollo y engorde.

Etapa

Peso Kg

Etapa

Peso Kg

Crecimiento

Engorde

Fase 1

20-35

Fase 1

55-75

Fase 2

35-55

Fase 2

75-95

Fase 3

95-120

Una alimentación eficiente en el periodo en
desarrollo y engorde, debe cumplir con tres metas importantes que
son, minimizar la eficiencia de producción de tejido
muscular en relacion al tejido graso de la canal y la
producción de carne magra con caracteristicas fisicas,
quimicas y sensoriales aceptables (Stahly, 1993).

Crecimiento

Los animales de ambos sexos
recibirán al menos tres raciones al día, en caso de
tener comederos abiertos. De existir comederos tolva, pueden
optar por una sola distribución al día, siempre y
cuando se cubra la norma de consumo planificada. La cantidad de
pienso a suministrar estará en función del peso.
Esta categoría dispondrá de dos tipos de pienso:
inicio y crecimiento.

Desde el día del destete hasta los
75 días de edad promedio las crías seguirán
consumiendo pienso inicio. De 76 a 96 días se
suministrará pienso de crecimiento. En el programa
comercial consumirán a partir de los 76 días pienso
B. Las técnicas de alimentación a garantizar en
esta categoría son:

  • Las normas en esta categoría son una base
    para los cálculos de necesidades y la oferta
    será a voluntad. garantizando que los animales siempre
    dispongan de pienso fresco y limpio.

  • Todos los cambios de pienso se harán
    paulatinamente y se dispondrá al menos de tres
    días para lograr la adaptación de los animales.
    Por ej. si deseamos cambiar de pienso inicio para
    crecimiento, el primer día consumirán una
    mezcla de 75% de inicio y 25% crecimiento, el segundo
    día el 50% de cada uno de los piensos, el tercer
    día recibirá el 25% de inicio y el 75% de
    crecimiento y finalmente el cuarto día
    consumirá el 100% de crecimiento.

  • Cuando no se disponga de los comederos tolvas
    será necesario distribuir los alimentos como
    mínimo tres o cuatro veces al día. Pero el
    secreto del triunfo radica, que en el comedero siempre
    haya alimento fresco y limpio.

  • El día del destete por la tarde a la preceba
    se le suministrará una ración de
    alimento.

  • Durante las dos primeras semanas post-destete se
    tendrá un cuidado especial en la alimentación
    de los animales.

  • El pienso se distribuirá uniformemente a lo
    largo de todo el comedero (comederos lineales).

  • El pienso se distribuirá en vasijas taradas o
    cualquier otro método que garantice el
    percápita normado. Las técnicas de
    alimentación de las lechonas son las mismas que las
    expuestas para la categoría de preceba.

Tabla # 2Tecnología de alimentación
en preceba

Sección

Edad

Consumo, kg

Tipo de pienso

1

2

X

3

4

5

6

34 – 40

41 – 47

34 – 47

48 – 54

55 – 61

62 – 68

69 – 75

0.25

0.55

0.40

0.80

1.08

1.32

1.50

Inicio

"

"

"

"

"

"

X

48 – 75

1.175

Inicio

7

8

9

76 – 82

83 – 89

90 – 96

1.65

1.90

1.95

Crecimiento

"

"

X

X

76 – 96

34 – 96

1.83

1.22

Crecimiento

(Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina,
instituto de Investigaciones Porcinas. 2002. Alimentación.
P 51).

Cochinatas

Generalidades

El comportamiento reproductivo de las
cochinatas tiene un efecto significativo sobre la prolificidad
total del rebaño y un manejo inadecuado de ellas
contribuye al 40% o más de días no productivos en
la mayoría de las explotaciones. El intervalo entre la
entrada de la cerda en la granja y el momento del servicio se
utiliza como una medida de la eficiencia del manejo de las
hembras de reemplazo. Además, debido a los elevados
niveles de reemplazo que actualmente tienen las granjas, los
fallos en cumplir los períodos de tiempo más
adecuados en el manejo de cochinatas dan lugar a una importante
reducción en el número de lechones destetados por
cerda y año (Foxcroft et al., 2002).

Un manejo inadecuado de las nulíparas contribuye
al 30 % o más de días no productivos en la
mayoría de las explotaciones, aunque este hecho a menudo
se desconoce o se ignora por parte de los granjeros. El intervalo
entre la entrada de la cerda a la granja y el momento de su
cubrición se utiliza como una medida de la eficiencia del
manejo de las cochinatas. Además, debido a los elevados
niveles de reemplazo que actualmente tienen las granjas modernas,
los fallos en cumplir los períodos de tiempo más
adecuados en el manejo de las cerdas nulíparas dan lugar a
una importante reducción en el número de lechones
destetados por cerda y año (Foxcroft et al.,
2002).

Segunda selección

Los viernes de cada semana, coincidente con el fin de la
etapa de desarrollo menor, se realizará la segunda
selección. En esta segunda selección se
eliminarán todas aquellas hembras que:

  • Presenten poco desarrollo.

  • Algunos de los defectos señalados en la
    primera etapa, que no fueron detectados.

  • Afectaciones en las extremidades o hayan padecido de
    enfermedades infecto-contagiosas.

  • El desecho previsto para esta etapa es de un 15%,
    incluyéndose el que se realiza sistemáticamente
    desde el destete hasta el final de la etapa.

Hembras seleccionadas para la reproducción, con
una edad mínima de 103 días y una máxima de
210 días. Los animales de esta categoría se conocen
con el nombre de cochinatas. (Procedimientos Técnicos para
la crianza Porcina, instituto de Investigaciones Porcinas. 2002.
Manejo de las reproductoras. P 37).

En cuanto a las atenciones y cuidados sólo se
diferencian de las lechonas en:

  • La etapa tiene una duración de 107
    días, para lo cual se requerirán 16 secciones,
    para garantizar la estancia de los animales y los días
    establecidos tecnológicamente para las habilitaciones
    sanitarias y mantenimiento.

  • Se garantizará por animal un espacio vital de
    0,9 m² y 27 cm. de frente de comedero.

Cochinatas Mayores

Hembras supuestamente aptas para la reproducción,
poseedoras de todas las características genotípicas
y fenotípicas de la raza y/o cruce.
Tecnológicamente se definió:

Edad Promedio, no superior a los 210
días.

Peso mínimo de 95,0 kg

Mantendrán la condición de cochinatas
hasta tanto, no reciban su primera cubrición o
inseminación, lo cual no será más
allá de los 270 días de edad promedio y con un peso
mínimo de 115,0 kg. Siempre después de haber
presentado el segundo o tercer celo controlado.

La organización tecnológica
define:

  • Las cochinatas se recibirán mensualmente en
    la unidad o en el área de reproducción y en las
    cantidades necesarias para garantizar un reemplazo anual
    entre el 33 y el 40 %, así como los posibles
    incrementos planificados.

  • En la unidad existirán dos grupos de
    cochinatas uno con edad y peso para la cubrición o
    inseminación, el cual se alojará en la nave de
    fecundación, lo más próximo posible a
    los sementales y otro que estará en proceso
    cuarentenario o en la espera de arribar a la edad y peso
    requerido periodo en que se estimulará el celo con el
    verraco, de forma controlada.

A esta categoría se le deben garantizar las
siguientes atenciones y cuidados

  • Deben disponer de 1,0 a 1,5 m² de espacio vital
    y no menos de 32 cm de frente de comedero per
    cápita.

  • El grupo debe ser lo más homogéneo
    posible, atendiendo al tamaño y el peso de los
    animales.

  • Semanalmente se tratará, que el número
    de cochinatas que se incorporan a la reproducción
    coincida con la cantidad necesaria para reponer la cantidad
    de reproductoras desechadas (1,2:1).

Diariamente se ejecutarán las labores de limpieza
de los corrales, comederos y bebederos, momento que se
aprovechará para bañar a las cochinatas cuando sea
necesario. (Procedimientos Técnicos para la crianza
Porcina, instituto de Investigaciones Porcinas. 2002. Manejo de
las reproductoras. P 10-11).

Desarrollo

Pubertad

En las cerdas, la capacidad fisiológica para
reproducirse (pubertad) aparece entre los 4 y 5 meses de edad;
sin embargo al no haber aún completado su desarrollo
anatómico, no están suficientemente preparadas para
afrontar una concepción prematura (Brooks,
2001).

Beltranema et al. (1991) demostraron que la edad
mínima a que se alcanza la pubertad es a los 160
días y que a esta edad la hembra debe haber alcanzado los
90 kg. de peso si se la ha alimentado adecuadamente. Si las
cerdas se manejan como si fueran cerdos de terminación,
muchas de ellas pueden superar estos niveles de crecimiento.
Estos autores demostraron que existe una relación
curvilínea entre los niveles de crecimiento y la edad a la
que se alcanza la madurez sexual. Parece ser que no es adecuado,
para reducir la edad a la que se alcanza el primer celo, aumentar
los niveles de crecimiento entre 550 y 600 g/día durante
el período prepuberal. El aumento del nivel de crecimiento
de la cerda da lugar a unos pesos corporales mayores que los
necesarios en el momento de alcanzar el primer estro, con el
riesgo de aumentar significativamente los costos de mantenimiento
de los animales (Foxcroft et al., 2002).

Temperatura

Un grupo de autores reportaron que la exposición
de la cochinata a altas temperaturas ambientales puede retardar
la llegada a la pubertad (Warnick y col, 1965; Teague y col, 1968
y Edwards y col, 1968).

Existen evidencias de las diferencias innatas en la
maduración sexual, sin tener en cuenta el rendimiento del
crecimiento. (Deligeorgis et al. 1984), Beltranena et al. (1993),
Almeida (2000a,b). La estrecha relación entre la
inducción a la pubertad, rasgos dependientes de la camada
y otros aspectos de la fertilidad fueron mostrados por Almeida
(2000b), en las cuales se vieron influenciadas las camadas por el
status endocrino de la cerda en el periodo peri-estral e incluso
por la amplitud del ciclo estral. Ambiente
gaseoso:

Hay algunas pruebas de que el ambiente gaseoso
podría afectar la llegada a la pubertad de las lechonas.
Concentraciones de amoníaco tan bajas como 20 ppm, en
galpones con ambiente controlado, han resultado en la
disminución de la proporción de lechonas que
llegaban a la pubertad (Brooks, 2001).

En un estudio controlado, la cantidad de cerdas que
llegaban a la pubertad dentro de los 7 a 10 días
después de haber sido expuestas al macho era
significativamente mayor si se criaban en un ambiente "limpio"
(limpiando las fosas para el excremento dos veces por semana) que
en una instalación de "control" en la que se
permitía la acumulación del estiércol. El
estudio sugiere que la presencia de altos niveles de gases como
el amoníaco, puede interferir con la recepción de
la feromona por las lechonas y bloquear así el efecto del
macho sobre la pubertad.

Brooks (2001) sugiere que la vida reproductiva de las
futuras madres debe iniciarse a partir de los 7 u 8 meses de edad
y con un peso vivo de alrededor de 130-135 kg. 

Edad del primer servicio

Le Cozler et al. (1998) menciona que la edad a primer
servicio afecta la longevidad de la cerda y que la edad optima
para este dependerá de la estrategia de manejo de la
granja.

En la actualidad las cerdas están expuestas a
otras circunstancias las cuales han provocado que en tiempo de
vida productiva o longevidad se acorte, ya que las cerdas reciben
su primer servicio con mayor peso (120 Kg en promedio) pero con
un espesor de grasa dorsal menor.

Las hembras preñadas a temprana edad disminuyen
sensiblemente su capacidad reproductiva, lo cual se pone de
manifiesto en camadas poco numerosas y de bajo peso al nacimiento
(Brooks, 2001).

Aherne (1996) plantean como razonable la
cubrición de las hembras en su segundo celo, a un peso
corporal cercano a los 125 kg y con 15 mm más de espesor
de la capa de tocino dorsal.

Edad a primer parto

Le Cozler et al. (1998) estudiaron el efecto de la edad
a primer parto, donde mencionan que existe un efecto de la edad
de primer parto sobre el número de lechones nacidos vivos,
así como el número de parto cuando son desechadas
(cuando las cerdas parieron antes de los 370 días de edad,
pero disminuye cuando el parto ocurre a mayor edad). En el caso
de la longevidad de la cerda, mencionan que las cerdas que tienen
el primer parto posterior a los 360 días, son desechadas a
mayor edad. Concluyen que las cerdas con menor edad al primer
parto muestran un eficiencia reproductiva menor, por lo que
recomiendan una edad promedio a primer parto alrededor de los 356
días.

Schukken et al. (1994) hipotetizan que las cerdas
primerizas con baja fertilidad son hembras de mayor edad al
primer servicio y que estas tienen alta probabilidad de ser
desechadas a temprana edad por falla reproductiva

Espesor de la grasa dorsal

Los programas de selección en los últimos
años han estado encaminados con gran éxito a la
reducción del espesor de la grasa dorsal, esto aunado a
una excelente eficiencia alimenticia y al crecimiento magro de
los cerdos durante su crecimiento. La consecuencia de esta
estrategia de selección a dado como un incremento en la
maduración del tamaño corporal (Whittemore,
1996).

En Inglaterra Edwards (1995) observó que en hatos
comerciales donde se ha disminuido el espesor de grasa dorsal se
ha incrementado el porcentaje de cerdas desechadas así
como la mortalidad. Por otra parte en importante tomar en cuenta
que las cerdas pueden perder grasa dorsal durante la lactancia,
debido al posible bajo consumo de alimento provocando con ello la
movilización de reservar durante esta etapa, dando como
consecuencia la disminución de la fertilización
después del destete, lo cual a mostrado que es importante
determinar el nivel grasa al iniciar la lactancia (Trujillo,
2003).

Estos trabajos sugieren que es necesario que la cerda
primeriza obtenga reservar de grasa de la pubertad al primer
servicio, sin embargo para obtenerlas una posibilidad
sería el suministro de mayor cantidad de alimento, sin
embargo no hay que olvidar que cerdas con alto potencial de
deposición de tejido muscular dietas abundantes van a
provocar mayor tamaño corporal y no altas reservas de
grasa dando como otra consecuencia negativa la necesidad de
modificar las jaulas para alojarlas (Trujillo, 2003).

Otra posibilidad se ha visto de retener el momento del
primer servicio de la cerda primeriza para que exponga su
potencial de deposición muscular, no siendo este punto
visto como una prioridad, y además establecer un programa
nutricional a partir de este momento (Trujillo, 2003).

Los programas de alimentación van encaminados a
promover y conservar las reservas de grasa dorsal en cerdas
jóvenes, tratando de restringir el crecimiento de tejido
muscular esto es desde que la cerda presenta su pubertad y
durante la gestación usando dietas con baja cantidad de
proteínas, altos niveles de amino ácidos durante la
gestación y suministración de energía
metabolizable, complementado con dietas densas durante la
lactancia (Dowd et al., 1997).

Por lo cual Trujillo, (2003) considera que la cerda
primeriza deberá ser servida con más de doscientos
días de edad, con más de 120 kg y tener entre 17 a
20 mm de espesor de grasa dorsal.

Manejo del efecto macho

No existe sustitutivo del contacto directo con el
verraco para estimular el inicio de la pubertad de las cerdas. Se
ha demostrado muchas veces que el acceso directo de una ó
más hembras al estímulo de las feromonas salivares
de un verraco maduro es el mejor sistema para acelerar la llegada
a la pubertad (Hughes (1982); Deligeorgis et al. (1984)). Los
verracos liberan una feromona en su saliva, que puede
considerarse como una hormona esteroide masculina modificada. Las
hembras se ven atraídas por esta feromona y pueden
estimularse por este sistema varias hembras
simultáneamente. El manejo de las hembras debe realizarse
de forma que aproveche al máximo de las feromonas
producidas por el verraco como una ayuda en la detección
del celo, tratando siempre de evitar la habituación a
ellas causada por una exposición demasiado prolongada a
los verracos o por el stress causado por un contacto
físico en los momento próximos a la
inseminación artificial. Se ha demostrado que un contacto
continuado con los verracos o la ubicación de las cerdas a
menos de 1 metro de estos verracos antes de la cubrición
produce una comportamiento anormal en el momento de detectar el
celo mediante el método de la presión dorsal
(Foxcroft et al., 2002).

El manejo de la interacción
nulípara/verraco se facilita mucho utilizando verracos
vasectomizados de un tamaño apropiado. Estos animales
deben dejarse sin un excesivo control durante el período
de la estimulación diaria (Foxcroft et al., 2002). Brooks
(2001) sugiere que deben usarse, o cerdos maduros o,
preferiblemente, una rotación de cerdos, para reforzar el
efecto estimulante.

Aunque las lechonas son capaces de responder al efecto
macho desde los 140-190 días de edad, Brooks (2001)
plantea que la respuesta mejor sincronizada parece que se logra
cuando son expuestas por primera vez entre los 160 y los 170
días

Foxcroft et al. (2002) recomienda que las hembras con un
buen desarrollo corporal, sobre todo en lo que se refiere al
desarrollo del tejido magro sean inducidas al ciclo sexual antes
de la media de la explotación, probablemente a los 120-140
días de edad, con una óptima utilización de
la estimulación sexual con un verraco.

La reubicación de las lechonas al comienzo de la
exposición es beneficiosa y es esencial cuando ellas han
sido criadas con machos o han tenido contacto en la cerca con
ellos durante el período prepuberal. La
introducción de hembras con estros largos dentro del grupo
pueden mejorar la llegada a la pubertad (Brooks,
2001).

Los verracos estimuladores deben tener al menos 9 meses
de edad y una fuerte libido. Los cerdos físicamente
grandes pueden ser ventajosos inicialmente porque su estructura
provoca una respuesta conductual diferente en las lechonas.
Brooks (2001) recomienda el uso de verracos nuevos como
estimuladores.

Foxcroft et al. (2002) expone el programa standard de
manejo de cerdas nulíparas que utiliza en sus
explotaciones donde tienen cerdas PIC Camborough. Las hembras se
introducen con un peso de 80 kg. y consiguen las mejores
respuestas respecto a la aparición del celo cuando las
hembras tienen un peso de 90 kg en el momento de la
estimulación por el verraco. Estimulan diariamente 6
cerdas, en rotación con tres verracos vasectomizados y,
cuando sea posible, se cubren las hembras en su primer celo
detectado. Además de mejorar la fertilidad, este sistema
ayuda a mantener una elevada libido en los machos y evita que
éstos se vuelvan agresivos cuando se hallen en presencia
de las hembras.

El ambiente para la cría

Hasta hace muy poco tiempo, se ha venido aceptando que
las lechonas necesitaban acumular un cierto nivel de grasa
corporal antes de poder llegar a la pubertad. Como al aumentar la
densidad de población disminuye generalmente la tasa de
engorde y, por lo tanto, la acumulación de grasa corporal,
se suponía que ello explicaba por qué las lechonas
que crecían muy apretadas en confinamiento tendían
a llegar más tarde a la pubertad (Brooks,
2001).

Sin embargo, en algunos estudios australianos recientes,
las restricciones de espacio capaces de disminuir la tasa de
engorde durante la crianza no aumentaron la edad de llegada a la
pubertad en lechonas expuestas a machos desde los 160 días
de edad.

Estudios canadienses han sugerido que la tasa de
crecimiento de proteína, más que el contenido de
grasa, podría tener más relevancia de lo que se
pensaba anteriormente. Cuando se hacía crecer a las
lechonas hasta el máximo de su acumulación de
proteína y ellas tenían diferente
acumulación de grasa, se encontró que el contenido
de grasa no tenía efecto sobre el desarrollo sexual.
Así que tenemos que buscar otra explicación para
los efectos que se han observado que tiene el tipo de local de
cría. Vale la pena mencionar tres candidatos: la
época del año y el foto período; el impacto
del ambiente gaseoso y el ambiente en que la lechona tiene
contacto con el macho (Brooks, 2001).

Época y foto período:

Aunque el cerdo doméstico ha perdido su
dependencia de las estaciones, ésta no ha desaparecido
completamente. En consecuencia, tanto la época del
año como las condiciones ambientales tienen cierto efecto
sobre el funcionamiento reproductivo (Brooks, 2001).

Aunque las lechonas tienden a responder más al
efecto del macho durante los meses más frescos, es
sorprendente lo poco que se ha trabajado sobre el efecto del
fotoperíodo. Aumentando el fotoperíodo hasta 15
horas cuando se va reduciendo el largo del día se ha visto
que disminuye la edad de la pubertad en 20 días. Sin
embargo, la iluminación suplementaria cuando los
días se alargan de nuevo no tuvo efecto sobre la edad de
la pubertad. Hay muy poco trabajo sobre el cual se puedan
proponer las intensidades luminosas convenientes para las
instalaciones que albergan a lechonas prepúberes, salvo
uno muy breve en el que no se encuentra ventaja en aumentar la
intensidad más allá de los 90 lux (Brooks,
2001).

El ambiente de contacto

El efecto macho requiere contacto
físico (no en la cerca) entre la lechona y el cerdo
estimulador. Para establecer una interacción individual
entre macho y lechona, Foxcroft et al. (2002) y Brooks (2001)
sugieren de 10 a 15 minutos diarios.

Para lograr un adecuado ambiente de contacto Brooks
(2001) recomienda incrementar el tiempo de interacción
cuando aumente el tamaño del grupo o si ocurren
distracciones, mejorar la respuesta de la pubertad llevando las
cerdas al macho en lugar de llevar el macho a las cerdas, tratar
de lograr contactos frecuentes (2 a 3 veces diarios). El tiempo
que se permite que el macho esté con las cerdas, el
tamaño del grupo de hembras y la densidad de
población afectarán el estímulo que el macho
pueda proporcionar (Foxcroft et al., 2002). Brooks (2001)
recomienda en grupos de 6 a 10 animales al tiempo.

El ambiente en el que ocurre el encuentro entre los
machos y las lechonas puede afectar las interacciones de
comportamiento entre ellos. Para que pueda ocurrir una buena
estimulación por el macho, éste debe acceder a
todas las lechonas del grupo e interactuar con ellas hocico con
hocico. Debe tener tiempo suficiente para interactuar con todas y
cada una de las que forman el grupo, y suficiente espacio para
que esta acción sea efectiva.

Edad al primer contacto con el verraco.

La edad a la cual las atas. deben tener su primer
contacto con el verraco ha sido muy estudiada, si analizamos llos
mejores resultados se obtuvieron cuando las atas. tenían
entre 160-169 días de edad, lo cual fue ratificado por
otros autores (Deligeorgis y col, 1984).

Peralta,W. (1999) reportó muy buenos resultados
al iniciar el primer contacto de las atas. con el verraco a 140
días de edad, 85 kgs de peso vivo.

Edad del verraco al contacto con las atas.

En sentido general se considera que el
verraco no debe tener menos de 11 meses de edad, para que su
producción de feromonas sea capaz de causar el
estrés necesario (tabla 3).

Tabla # 3. El efecto de la
exposición al verraco de atas. de diferentes edades sobre
la llegada a la pubertad y la tasa de
ovulación.

Exposición

Edad a la pubertad
(días)

Intervalo a la pubertad
(días)

Peso a la pubertad (kg.)

Tasa de ovulación

Verraco 2 años de
edad

182.0 ab

18.8 ef

88.8

13.2

Verraco 11 meses de edad

181.6 cd

18.3 gh

87.5

13.0

Verraco 6.5 meses de edad

206.0 ac

42.4 eg

102.4

12.4

Control

203.0 bd

39.4 fh

98.3

12.3

Medias seguidas con la misma letra difieren
a P<0.01

Detección del celo

En la cerda, el celo se presenta con una periodicidad de
19 a 21 días y tiene una duración de dos a tres
días. Los síntomas visibles de la hembra en celo
son los siguientes: excitación, emisión de
gruñidos característicos, tumefacción y
enrojecimiento de la vulva, disminución del apetito,
cambio de comportamiento hacia otras hembras (tendencia a
montarse entre ellas) y búsqueda del macho e inmovilidad
ante su presencia. Precisamente este último síntoma
es el que permite determinar con exactitud el momento más
oportuno para realizar el servicio ya que coincide con la
aceptación del macho. Se comprueba ejerciendo
presión con ambas manos sobre el lomo de la cerda ante la
presencia del padrillo (I.N.T.A., 2003).

Monta Natural

Como norma se realizan dos saltos por cerda, el primero
a las 8-12 horas de haber detectado el celo y el segundo 12 horas
después (I.N.T.A., 2003). En la práctica, es
conveniente hacer la detección de celo a la mañana
temprano y en las primeras horas de la tarde. Las hembras que
presentan el reflejo de inmovilidad a la mañana
deberán recibir el primer servicio a la tarde del mismo
día y el segundo servicio a la mañana del
día siguiente. Las hembras detectadas a la tarde se sirven
a la mañana y a la tarde del día
siguiente.

Esta técnica, donde el servicio se hace en forma
individual llevando una cerda por vez al celador se denomina
usualmente servicio dirigido o controlado. Otra alternativa
en los sistemas al aire libre es el servicio colectivo, donde
varias hembras son servidas por dos o más celadores
(I.N.T.A., 2003).

Inseminación Artificial

La inseminación artificial es una técnica
que permite incorporar germoplasma de alto valor genético
a un costo relativamente bajo al mismo tiempo que reduce el
riesgo de introducción de enfermedades en el criadero. La
misma puede ser realizada por el productor o médico
veterinario. Por cada servicio se efectúan no menos de 2
inseminaciones. Por lo tanto, se manejarán dos dosis por
hembra (I.N.T.A., 2003).

Dependiendo del tipo de envase (frasco, sachet, tubo),
cada dosis contendrá entre 80 y 100 ml con un
número mínimo de espermatozoides de 3.000.000.000.
Las mismas deben ser conservadas a 15ºC y al abrigo de la
luz. I.N.T.A.(2003) recomienda dejar a las cerdas tranquilas en
su lugar de alojamiento habitual con la presencia del verraco
celador que desencadena en la hembra los reflejos de la monta
natural vía oxitocina, facilitando la
inseminación.

El momento óptimo para inseminar depende de la
aparición del celo (reflejo de inmovilidad),
I.N.T.A.(2003) sugiere el siguiente esquema.

 reflejo de
inmovilidad


inseminación


inseminación

a la mañana

a la tarde del 1º
día

a la mañana del 2º
día

a la tarde

a la mañana del 2º
día

a la tarde del 2º
día

También recomienda no inseminar inmediatamente
cuando aparece el reflejo de inmovilización. Esperar 8 a
12 horas de comenzado el mismo. Inseminar por segunda vez 8 a 12
horas luego de la primera inseminación. Además
plantea que se logran buenos resultados y se puede trabajar
con mayor exactitud siguiendo el siguiente esquema:

 CONTROL DE CELO

MOMENTO 

DEL DÍA

DÍA 1

DÍA 2

una vez por día

mañana

celo


inseminación


inseminación

dos veces por día

mañana

tarde

celo


inseminación


inseminación

mañana

tarde

celo

1ª inseminación
 


inseminación

En todos los casos, una tercera
inseminación a las 12 horas de la 2ª, si persiste el
celo, puede ser realizada. Sin embargo, los resultados obtenidos
entre una y dos inseminaciones son muy diferentes, no ocurriendo
lo mismo entre dos y tres.

Foxcroft et al. (2002) coincide con este programa
siempre que la detección del celo se realice con una buena
línea de verracos vasectomizados pero si la
detección de celo se realiza por el procedimiento de la
presión dorsal, en ausencia de verracos, se debe
considerar que el momento de celo de la cerda es posterior al que
registraremos si esa detección se realiza con verracos. En
este caso se recomienda inseminar inmediatamente, en el momento
que se detecta el celo por presión dorsal.

Mortalidad embrionaria

La supervivencia embrionaria el día 30 de
gestación se considera, generalmente, como el componente
más importante de las pérdidas pre-natales, con un
20-30 % de ovulaciones que no dan lugar a un feto viable el
día 30 de gestación. Esta estimación puede
estar en consonancia con una gran variabilidad en los niveles de
fertilización, que son el factor más importante en
la reducción del tamaño de la camada, en el caso de
que la técnica de cubrición no sea la más
adecuada.Un 5-10 % de embriones parecen perderse durante las
fases de pre-implantación de la gestación. Sin
embargo, en experiencias llevadas a cabo en un número
importante de genotipos comerciales contemporáneos, se ha
observado que la distribución de las pérdidas
pre-natales puede variar de una forma muy importante entre
genotipos e incluso dentro de ellos. La paridad en que se halle
la cerda, el estado sanitario de la misma y los sistemas de
manejo son factores muy importantes que contribuyen a esa
variabilidad (Foxcroft et al. 2002).

En un estudio llevado a cabo por Jindal et al. (1997) se
demuestra que una elevada ingesta de alimento inmediatamente
después de la cubrición, disminuye
significativamente el nivel de supervivencia embrionaria.
Además, estos y otros datos obtenidos por Foxcroft (1997)
indican que este efecto nutricional parece tener una estrecha
relación con la progesterona. El aumento de las
pérdidas embrionarias se ha asociado con unos bajos
niveles de progesterona plasmática en las primeras etapas
de la gestación.

Alimentación

Los efectos nutricionales y metabólicos sobre la
reproducción de las cerdas nulíparas ha sido
estudiado por Booth et al. (1994) donde concluye que siete
días de una restricción de alimento,
diseñada para mantener los requerimientos del animal, casi
inhibe totalmente la secreción de hormona luteneizante
(LH) aunque no tiene efecto alguno sobre la secreción de
la hormona folículo-estimulante (FSH). Si volvemos
después a una alimentación ad libitum, observamos
un retorno inmediato a la secreción episódica de LH
y después de 7 días de la alimentación sin
límites, se detecta un aumento significativo en el
desarrollo folicular ovárico. Los cambios
metabólicos aparecidos tras la restricción
alimenticia, parecen dar lugar a un cambio inmediato en los
niveles de insulina, que influye sobre la secreción de LH
(Booth et al. 1996). La importancia de los cambios en la ingesta
energética y en la insulina se puede confirmar induciendo
una respuesta similar de LH en cerdas alimentadas con una dieta
restringida mediante infusiones parenterales de glucosa (Booth,
1990). Respuestas similares, a corto plazo, en la
secreción de LH a una dieta restringida y a una posterior
alimentación ad libitum se han observado en el medio
último período prepuberal (Cosgrove et al.,
1993).-

En los estudios llevados a cabo por Booth et al. (1996),
el aumento a largo plazo de los niveles periféricos del
factor 1, similar a la insulina (IGF-1), durante la
realimentación puede actuar de una forma endocrina para
sensibilizar el ovario a una estimulación
gonadotrófica. Alternativa-mente, los factores de
crecimiento sintetizados en el ovario pueden funcionar de una
forma autocrina o paracrina para controlar los efectos del estado
metabólico del animal sobre la función
ovárica (Charlton et al., 1993; Samaras et al.,
1994).

Desde un punto de vista eminentemente práctico,
los trabajos con una corta restricción de alimento y
posterior realimentación, demuestran que algunas de las
respuestas a la ingesta alimenticia y al estado metabólico
son muy rápidas. Así, pueden aparecer importantes
efectos sobre la función reproductiva a las pocas horas de
comenzar la restricción en la dieta (Foxcroft et al.,
2002).

Además, también existen mecanismos que
actúan a largo plazo, los cuales pueden tener un
extraordinario interés para la determinación de la
sensibilidad ovárica y, consecuentemente, de la fecundidad
de la cerda nulípara o multípara. En estas
respuestas se basan las estrategias en las que se administran
grandes cantidades de alimento a las cerdas para maximizar los
niveles de ovulación ("flushing"). Según afirman
Beltranena et al. (1991) el flushing alimenticio simplemente
asegura que tanto las cerdas nulíparas como las adultas
expresen su potencial ovulatorio, y no puede considerarse como
una respuesta superovulatoria .

Según Foxcroft et al. (2002) durante al menos 10
días antes de la cubrición, las cerdas deben ser
alimentadas ad libitum para asegurar que unos bajos niveles
alimenticios limiten su potencial tamaño de camada. Es
también muy importante evitar ciertas prácticas de
manejo que lo pueden limitar, como la mezcla de nulíparas
con otras cerdas desconocidas, poco antes de la cubrición.
Esto daría lugar a una serie de reacciones agresivas que
producirían, en las cerdas menos agresivas, en una
pérdida de apetito.

Efectos nutricionales de la cerda
nulípara gestantes

Al incrementarse el potencial de las cerdas, ha sido
necesario modificar los sistemas de alimentación y los
requerimientos de las cerdas sobretodo en lo referente la
energía y los aminoácidos. La estrategia de
alimentación de la cerda debe de estar basada en lo
siguiente: 1) maximizar el consumo de los nutrientes durante la
lactancia 2) durante la lactancia la alimentación debe de
estar encaminada a minimizar los cambios de las reservas
corporales (Noblet et al., 1997).

Una parte crítica del manejo nutricional de las
cerdas en gestación es proporcionar, tanto a las
nulíparas como a las multíparas, el alimento
necesario para cubrir las elevadas demandas nutritivas que
tendrán durante la lactación sin movilizar excesivo
tejido corporal. En términos económicos, es muy
importante tener en cuenta que los mayores problemas en el manejo
durante la gestación se deben, probablemente, a la
sobrealimentación (Foxcroft et al., 2002).

Foxcroft et al. (2002) recomienda que, en la
práctica, el flushing alimentario sólo debe
practicarse hasta el momento de la cubrición,
restringiéndose después, tanto en nulíparas
como en multíparas, hasta los niveles normales de
gestación (aproximadamente 1.5 veces mayor que los niveles
de mantenimiento).

Un aumento en la cantidad de alimento durante el resto
de la gestación, administrándolo según la
madurez de la cerda y su peso corporal en el momento de la
concepción, daría lugar a un aumento de 30-40 kg en
tejido magro y a 5-8 mm en la capa de tocino dorsal (Aherne,
1996). La sobrealimentación durante la gestación ha
demostrado tener un impacto negativo sobre la ingesta alimenticia
durante el período de lactación, dando lugar a un
excesivo catabolismo tisular para proporcionar los componentes
necesarios para la producción de leche.

Desecho

En el caso de las cerdas se espera que se
tenga un porcentaje de desecho entre el 35 al 45% anual
y

que produzca 5 partos, considerando que los mejores
partos son entre el tercero y el séptimo parto. De los
anterior se considera que el mayor porcentaje de desechos ocurre
en los dos primeros partos, lo cual económicamente en una
granja es muy costoso (Trujillo, 2003).

Para lo cual Stalder et al. (2002) estimaron cual es el
valor neto por cerda por parto cuando el número de
lechones varía, siendo que si se tiene un promedio de 8.6
lechones, el valor neto por cerda siempre negativo (es decir, que
la explotación pierde dinero en cada parto) sin importar
el número de parto, no así, si el promedio de
lechones se incrementa a 9.10 entonces a partir del quinto parto
se observará una tendencia positiva (es decir, la
explotación gana dinero a partir de este parto) al valor
neto y si el promedio de lechones paridos vivos se incrementa a
11.60 a partir del segundo parto se observa una tendencia
positiva. También estimo el efecto del momento en el que
la cerda es reemplazada donde varia el costo del momento de
realizar la operación, para lo cual si el precio de la
cerda primeriza es de 125 dólares y es desechada
tempranamente el valor neto siempre es positivo, pero si precio
aumenta a 150 dólares, el valor neto empieza a provocar un
efecto negativo a partir del primer parto.

En un estudio realizado por Mabry J, (2002) dentro de
las principales causa de desecho de cerdas se tiene: Problemas
reproductivos 49.1%, problemas físicos 14.1%, edad 8.6 %,
problemas agalactia 6.2%, pobre o deficiente producción
1.1%, por otra parte en este estudio establece que la edad de
desecho en los últimos 10 años en granjas en Iowa,
USA de 3.4 a 3.6 partos y que en 2000 y 2001 fue a los 4.0 partos
y declino en el 2002 a 3.4 partos.

La pobre o deficiente productividad se ha relacionado
con la vida productiva o longevidad de la cerda dentro de la
explotación, ya que las ser desechada la cerda, hasta
disminuye el promedio de edad de la cerda en la granja y eleva
con ello los costos de producción. Siendo para lo cual que
se considera que el porcentaje de cerdas que debe de tener una
granja entre el tercer al sexto parto deberá ser de
alrededor del 60%, del 30% para hembras entre el primer y segundo
parto y el resto para hembras de 6 o más
partos.

Algunas de las causas que pueden producir el desecho de
las cerdas pueden ser heredas como los problemas de las patas, el
espesor de la grasa dorsal, entre otros. Para lo cual
López-Serrano et al. (2000) analizaron cerdas de la raza
Large White y Landrace durante 17 años, encontraron el
índice de heredabilidad para la longevidad hasta el tercer
parto fue de 0.10 en las dos líneas genéticas.
También encontraron que existe correlación entre el
estado de las piernas y la longevidad, es decir que al tener
mejores piernas se incrementa la longevidad, por lo cual sugieren
que es posible implementar un programa de selección
basándose en la condición de las piernas si se
quiere mejorar la longevidad (Trujillo, 2003).

Utilización de hormonas

La pubertad en las cochinatas puede ser inducida
mediante la aplicación de hormonas (Paterson, 1982) pero
plantea serias dificultades; el comportamiento después de
la inducción fue malo; un bajo porciento de las hembras
ovulando presentan los síntomas del celo, la tasa de parto
y el tamaño de la camada varió mucho.

Recomendaciones para el servicio

Sirva las lechonas cuando se acerquen a un peso de 104 a
108 kg. El servicio debe hacerse cuando llegan a los siete meses
de edad. Para estar seguros de que las cerdas están
ciclando para ser servidas a esa edad, es deseable encerrarlas
cerca de un macho cuando tienen 5 meses y medio. El olor y la
vista del macho inducirá a las lechonas a entrar en
celo.

Las cerdas pueden ser servidas de nuevo durante el
primer estro después del destete si los lechones son
destetados después de los 17 días o más.
Generalmente este es el sistema más factible. Aunque menos
eficientes, otros sistemas como la producción de cerdos de
exhibición, hacen necesario permitir que la cerda se salte
uno o más períodos de celo antes de volverla a
servir para que las camadas se produzcan cuando las
deseamos.

En la Tabla # 4 damos recomendaciones para
realizar servicios.

Tabla # 4 . Información sobre
servicios

Edad para inseminar a las lechonas Antes de los 7 meses
Peso de las lechonas a servicio 104-108 kg Duración del
período de celo 2-3 díaMejor momento durante el
celo 1er. ó 2º día Cantidad de servicios por
cerda 2 servicios, con intervalos de 24 horas Intervalos entre
períodos de celo 21 días (varía entre 18 y
24) El celo ocurre después del destete 5 días
(varía entre 2 y 10) Período de gestación
114 días (varía entre 109 y 120) La monta
controlada va ganando popularidad. Con esta técnica, los
verracos no son encerrados junto con la hembra. Las hembras son
llevadas al macho para ser servidas cuando están en celo,
o viceversa. Esta técnica requiere más mano de obra
que el servicio en corrales pero tiene muchas
ventajas.

Hay menos estrés en el macho cuando sirve gran
cantidad de hembras y se requieren verracos que con el sistema de
corrales. Es más fácil saber exactamente la fecha
de servicio y cada hembra puede ser servida dos veces en el
momento más deseable. Se ha visto en las investigaciones
que dos servicios durante el período de celo, entre 12 a
24 horas, aumentan el tamaño de la camada en un promedio
de medio lechón, comparado con un solo
servicio.

Cuando se sirve en corrales, se suelta un macho entre un
grupo de lechonas, esperando que todas sean servidas en un
período de 21 días. Cuando las cerdas son
destetadas en grupo, después de 5 semanas o menos de
lactancia, la mayoría deberían ser inseminadas
dentro de un período de 10 días después del
destete (generalmente de 3 a 7 días). Si las cerdas tienen
camadas pequeñas (menos de 5 lechones) y/o una lactancia
larga (más de 6 semanas), podrían ovular antes de
destetar y aparecería el estro en cualquier momento
durante los 21 días después del destete.

Los productores que usen el sistema de servicio en
corrales deben contar con suficientes verracos. Se recomienda una
proporción de 8 a 10 cerdas por verraco maduro y de 4 a 6
cerdas por macho joven (menos de 1 año). Es más
eficiente una relación de 4 a 1 cerdas por cada verraco
maduro y de 2 a 1 cerdas por cada verraco joven cuando se desteta
a las cerdas por grupos.

William G. Luce y Glenn E. Selk.. Manejo y
nutrición de las cerdas y lechonas servidas. Fuente:
Servicio de extensión Oklahoma. Artículos
Libres. No. 44 – Pág 07. Consultado el 12 de febrero
del 2008.   

Indicadores

Fertilidad

La Efectividad en las cubriciones es un
indicador básico de la fertilidad del rebaño y se
expresa como la proporción de partos en relación a
las cubriciones realizadas, ya sea por monta natural o
ingerminación artificial (Anon. 2001). Son muchos los
factores que influyen en la efectividad como el desbalance
nutricional., el estado de las reproductoras después del
destete, la paridad, la prolongación de la lactancia, los
problemas fisiológicos y patológicos, la
época del año, la edad y peso a la primera monta
Moya, (1998) plantea que el hacer coincidir el momento de la
inseminación artificial o la monta directa, con la
ovulación de la cerda, constituye uno de los aspectos de
mayor importancia para lograr mejor Efectividad Económica
(partos vs cubrición,%) y crías nacidas totales
(CNT). Esto precisa además del conocimiento de los
procesos neuroendocrinológicos que determinan cada uno de
los eventos biológicos que transcurren durante el proceso
de fecundación del óvulo y desarrollo
embrionario La prolificidad es el número de lechones
nacidos por cerda, incluyendo los nacidos muertos Martín
et al, (1999) señalaron que una de las bases para mantener
una prolificidad alta durante la vida productiva de la cerda es
determinar el momento de la cubrición de las
nulíparas permitiendo un desarrollo correcto del aparato
genital, clave para una respuesta optima de los parámetros
reproductivos y particularmente de la prolificidad al primer
parto (Díaz, 1997) y Le Cozler et al, 1998).Según
Acosta, (1987); Forjan,(1991); Alonso, (1997) plantearon que dado
que el tamaño de la camada es el producto final de los
esfuerzos y manipulaciones que intervienen en la
explotación es importante considerar como pueden
maximizar. Aumatrie, (1998) expresó que las razas
blancas, Landrace, Large White y Yorkshire, tienen una ventaja
modesta en tamaño de camada (Ruiz, 2001). No obstante,
existe tanta variación entre líneas
genéticas dentro de una raza como la hay entre razas.
Además, las tentativas de mejorar el tamaño de la
camada por selección genética no han sido exitosas
(Segura, 1988; Fernández, 1999 y González,
2002).También Lund et al (2002) analizaron la
relación entre los efectos directos o genéticos
maternales sobre el tamaño de la camada. Las
camadas/cerda/año depende de los valores de los
días de gestación, largo de lactancia y los
días no productivos Batista, (1998) recomienda un
presupuesto de 2.3 camadas al año.Campabadal y Navarro,
(2001) expresó que otro aspecto en el manejo de la
alimentación que nos permite aumentar el tamaño de
la camada es la utilización del Flushing, que consiste en
aumentar la ración por 10 o 15 días previos a la
cubrición lo cual, según ha sido reportado por
varios autores, aumenta la ovulación de la cerda y el
tamaño de la camada en al menos un lechón al parto
(Close, 1998 y Ronald, 1999).Daza, (1993); Aumatrie, (1998) y
López, (2002) afirmaron que las condiciones de manejo de
una granja porcina de reproducción se muestran como un
factor decisivo de variación en la productividad, tanto
individual de cada hembra como colectiva en toda la
explotación. (Gadd, 2000).Alfonso, (2005) refiere que la
productividad numérica depende de:· de la cerda:
fertilidad, prolificidad y calidad lechera.· de las
crías: vigor, aptitud para el crecimiento.· de los
factores del medio: condiciones ambientales pre y
postnatales.Alfonso, (1999) y Aumatrie, (1999) comentaron que la
característica económica más importante en
la producción porcina es el número de lechones
destetados por cerda/año. Es esencial que todas las cerdas
de cría conciban lo antes posible, paran camadas numerosas
y desteten un alto porcentaje de los lechones nacidos; por lo que
el manejo para lograr el máximo rendimiento reproductivo
implica servir correctamente, buena nutrición, que haya
salud en el rebaño y el ambiente (Mota, 1998 y Trujillo,
2002).En el caso de los rebaños genéticos a este
factor se une el hecho de que una mayor prolificidad y
supervivencia, implica un mayor número de candidato a la
selección y por consiguiente una mayor intensidad
selectiva y mayor progreso genético vendidos (Andersson,
1984).

Conclusiones

  • En la cerda la pubertad puede aparecer entre los
    140-160 días de edad. Se recomienda cubrirlas solo
    cuando alcancen más de 120Kg peso y tener entre 17 a
    20 mm de espesor de grasa dorsal; una edad superior a los 220
    días, con un segundo celo o más controlados y
    no cubrir con menos de 210 días.

  • Las mejores respuestas respecto a la
    aparición del celo se han logrado cuando las hembras
    tienen un peso de 90 kg y una edad entre los 160 y los 170
    días en el momento de la estimulación por el
    verraco. Cubrirlas en su primer celo detectado, además
    de mejorar la fertilidad ayuda a mantener una elevada libido
    en los machos y evita que éstos se vuelvan agresivos
    cuando se hallen en presencia de las hembras.

  • El porcentaje de desecho de cochinatas debe estar
    entre el 35 al 45% anual y que produzcan 5 partos,
    considerando que los mejores partos son entre el tercero y el
    séptimo parto y el mayor porcentaje de desechos ocurre
    en los dos primeros partos.

Bibliografía
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Autor:

DMV. Dayami Rodríguez
Companioni

Instituto de Investigaciones
Porcinas

 

Partes: 1, 2
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